Yo soy como la cierva que en las corrientes brama.

Sed y polvo de fuego su lengua paraliza,

y en salvaje carrera, con las astas en llama,

sobre la piedra el casco golpea y se desliza.

Concha Urquiza

Poeta
Michoacán – Baja California
24/12/1910 – 20/06/1945

En el fuego de amor vivo

🖋 Beatriz Saavedra Gastélum © 

Concha Urquiza fue una gran poeta que nació en Morelia, Michoacán en 1910,  considerada por Rosario Castellanos como la “piedra angular” de la poesía mexicana contemporánea. 

Cuando Concha tenía 2 años, su padre murió, por lo que se trasladó con su familia a vivir a la Ciudad de México, ahí estudió la primaria y secundaria en escuelas públicas. A los 12 años publicó “Tus ojeras”, su primer poema, a los 13 “Canto del oro” y “Conventual” en La Revista de Yucatán. Después de eso, siguió publicando sus poemas en más de 10 revistas.

Se relacionó con algunos poetas mexicanos de diversas corrientes, como los estridentistas, fue muy amiga de Arqueles Vela, uno de los fundadores de este movimiento de vanguardia, sin embargo, siempre conservó su estilo propio y respetó los cánones de la métrica y de la rima. Vivió en Nueva York de 1928 a 1933 y trabajó para la compañía de producción Metro Goldwyn Mayer. En Estados Unidos creció mucho literariamente y expandió su visión del mundo y de la creación artística, además de perfeccionar su dominio del inglés y leer a los clásicos.

Militó en el Partido Comunista, en donde defendió la libertad del ser humano. En 1937 tuvo una crisis espiritual que la inclinó hacia el catolicismo. Ingresó en la Congregación de las Hijas del Espíritu Santo, pero solamente permaneció un año en el convento, ya que en palabras propias de Concha: “El convento es un mundo con todas las pequeñas pasiones, trabajos y el tedio horrible, aunado al deseo angustioso de su Amor, hacen que me pierda más conforme pasan las horas y siento como dos garfios de hierro clavados en el corazón, desgarrándome continuamente”. 

Ella explicó las razones para dejar la vida dentro del convento, por ejemplo, no poder escribir ni hablar de literatura ni platicar con sus amigos o tomar tequila. Cuando las monjas se enteraron de que lo abandonaba, quemaron la mayor parte de sus poemas, dejando solamente los que hablaban de Dios.

Concha vivió en San Luis Potosí de 1939 a 1944, ahí escribió la mayor parte de su obra, se sentía feliz y muy libre, pues comenzó a dar clases de lógica e historia de las doctrinas filosóficas y entró a la universidad a estudiar derecho. 

Estudió literatura en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México y asistió al Seminario de Investigaciones Filosóficas que impartía José Gaos en la Casa de España (actual Colegio de México).

El 20 de junio de 1945, Concha Urquiza murió ahogada, junto con un compañero de excursión en Ensenada, Baja California.

Ella nos devela en sus poemas la ambiciosa búsqueda de lo sagrado. En su obra privilegia la utilización del ímpetu y de la pasión como símbolo principal para establecer un vínculo entre las distintas realidades a las que puede acceder la poesía. Una poesía que a fuerza de intentos reconoce y encuentra el vestigio inmenso de lo sagrado.

Este relato es producto de la investigación e imaginación de la autora.

Concha Urquiza

  • Poeta, ensayista y narradora, escribió su primer poema: “Tus ojeras” (dedicado a su hermana), cuando tenía menos de 12 años.
  • Militó en el Partido Comunista, pero en 1937 una crisis espiritual la llevó al catolicismo e ingresó a un convento.
  • Su obra poética fue dada a conocer hasta 1946, después de su muerte, gracias a su amigo Gabriel Méndez Plancarte, filólogo y sacerdote.
  • En 1945, a los 35 años de edad, falleció ahogada en las aguas de Ensenada, Baja California, junto con un compañero de excursión.

Bibliografía

La Revista de Yucatán, 1923.
Urquiza, Concha (1971) Poesías y Prosas (Prólogo del Dr. Gabriel Méndez Plancarte). Guadalajara.
Castro, Antonio (1946), Poemas de Concha Urquiza (Prólogo de Alfonso Méndez Plancarte). México: Poesía de América.
______, Poesía en el mundo Nº 5 (Presentación de Martha Ruiz Camino), Monterrey: ITESM, 1958.

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