“Esto es lo único”. Vaya felicidad que sentí cuando el director de la Academia de San Carlos, Diego Rivera, miró mi pintura firmada como M. Izquierdo y exclamó con fuerza estas palabras, refiriéndose a mi obra como la única que valía la pena de entre todo el grupo.
Pintora
Frida viene del germano "paz", pero esto no pudo amainar las cascadas vertiginosas que supusieron mi vida.
¡Es una niña! Apenas recibieron la noticia de mi nacimiento y mis padres ya sabían cuál sería mi suerte: el celibato, si no encontraban el marido adecuado para mi. Mientras tanto crecería enclaustrada en casa, aprendiendo arte.