Casi me pierdo el alba del convulso siglo XX, pues nací un 7 de noviembre de 1900 en Villa Ocampo, Durango. Ahí viví mis primeros años para después irme junto con mi familia a Parral, Chihuahua. Mi adolescencia transcurrió en medio de la Revolución Mexicana, fui testigo de cómo el norte era territorio disputado por los diferentes bandos que luchaban por el poder. Pero también fui testigo de cómo el pueblo fue partícipe de la sublevación. La guerra sacude y para quienes le sobreviven, deja herida la memoria.